Los días van pasando y el tiempo de Cuaresma avanza ¿está siendo un camino provechoso?. El trabajo nos absorbe gran parte de nuestra vida y mucha energía, tendemos a resolver siempre lo urgente pero ¿y lo importante?. Cada cual sabe en su vida qué aspectos son aquellos que no pueden dejar de cuidarse y sí todavía no nos los hemos planteado, este tiempo, antes de Pascua, es el ideal para hacerlo.

No tenemos que pensar en realizar cambios radicales que luego supongan una frustración por no haber sido logrados. Como decía Don Bosco serán cosas sencillas, del día a día, que nos hagan ser más humanos y más felices: preguntar a nuestros hijos si son felices y no solo cuánto han estudiado, cuidar a la pareja que elegimos y que comparte con nosotros las fatigas diarias, mimar a los abuelos, tomar ese café con un amigo y, al menos un ratito al día, hablar con Dios, contarle cómo nos va la vida y pedirle que la ilumine.

¡Estás a tiempo de vivir la Cuaresma!