Muchos jóvenes del colegio y también algunos antiguos alumnos han participado en las celebraciones de Semana Santa y dan testimonio sincero de lo que ha supuesto para ellos dedicar un tiempo a Dios.

     Estamos en Pascua. Es importante decirlo, sentirlo, vivirlo… Por delante casi cincuenta días para celebrar que Cristo sigue viviendo en nosotros. Hoy había caras de sueño entre los alumnos, y también en alguno de los profesores, pero nos hemos alegrado al saludarnos, al preguntarnos qué tal nos ha ido la vida estos días. Volver a la rutina es menos duro si se pone un poco de luz y cariño a cada momento.

     Muchos jóvenes del colegio y también algunos antiguos alumnos han participado en las celebraciones de Semana Santa y dan testimonio sincero de lo que ha supuesto para ellos dedicar un tiempo a Dios. Es un motivo de alegría que se decidan, a veces contracorriente, a formar parte de la Iglesia y que lo cuenten a sus compañeros sin pudor, ni vergüenza. Se sienten llamados y eso es algo que no se puede, ni se debe ocultar.